UNA TUNICA Y UN CUENCO

Nieve fresca de la mañana enfrente del santuario
¡los árboles! ¿están blancos de flores de melocotón?
o¿blancos de nieve?
los niños y yo tiramos jubilosamente bolas de nieve
Un estrecho sendero rodeado de un bosque denso
por todos lados las montañas reposan en la obscuridad
las hojas del otoño ya se han caído
no llueve pero las rocas siguen obscuras de musgo
De vuelta a mi ermita por un sendero conocido por pocos
llevo una cesta de setas frescas
y una jarra de agua pura del manantial del templo