
Parece imposible recibir con una sonrisa de aceptación
frutos no deseados y que ocasionan sufrimientos
Absortos e inmersos en nuestras relaciones mundanas
nos olvidamos de nuestra relación primordial con el Señor
Nos identificamos con nuestro rol de padres, esposos,
profesionales etc. de modo que nuestras relaciones con el mundo
y con los seres que lo habitan se vuelven más fuertes
y parecen más reales a nuestros ojos
que nuestra relación con el Señor

Sin embargo nuestra relación con el Señor
es primordial y permanente
mientras todas las demás son secundarias y momentáneas
Las relaciones mundanas comienzan sólo
con el nacimiento del cuerpo
y finalizan con su muerte
Pero en cada nacimiento nuestra relación con el Señor
permanece sin cambio
Nos empeñamos en crear relaciones "imperecederas"
en este mundo efímero
y con ello nos atraemos una ráfaga de sufrimientos

En el océano surgen diversidad de olas, cada una de ellas
establece una relación con otras olas cercanas
durante un breve periodo de tiempo
Pero su relación con el océano es primordial
SIN UN PRINCIPIO Y
SIN UN FIN

De igual manera cada individuo tiene
una relación fundamental con el Señor
lo sepa y lo acepte o no
Ignorar la existencia de esta relación
es la causa del sufrimiento
(comentarios de Swami Tejomayananda
a los primeros versos de Bhagavan Ramana)